Una vez, desde la azotea de la calle Manuel Haedo le grité “botonazo” a un policía. Luego me escondí en el placard de la casa de mis Tios hasta que retornamos a la democracia. Cuando salí del placard mis parientes experimentaron una mezcla de tristeza y alegría difícil de describir. Por un lado, mis padres, entristecieron, porque pensaron que yo me había ido para siempre y habían comenzado una nueva vida, pero, por otro lado, mis tíos, se alegraron porque les quedó lugar para guardar los zapatos en el placard.
(De "Orsei" el libro de oro)
sábado, 10 de noviembre de 2007
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1 comentario:
me encantó. tu humor es fresco y original. ¿donde consigo el libro?
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